El pasado jueves, nos reunimos la junta directiva de la Coordinadora de Entidades de Tarragona, para valorar los resultados electorales, repasar el panorama político y social y hacer un balance de este año. También miramos al futuro para valorar los próximos retos y asuntos en los que trabajar.
Después, nos visitó para presentarse el nuevo consejero de Medio Ambiente, Espacio Público y Juventud del Ajuntament de Tarragona, Guillermo García. Para nosotros, esto es un buen comienzo: que nos visite y nos explique sus principales ideas y futuras líneas de trabajo, en lugar de que tengamos que hacerlo por los medios de comunicación.
Ahora ya podemos mirar atrás y hacer un balance de la participación ciudadana durante estos últimos cuatro años. En muchas situaciones nos hemos enterado de proyectos, cambios o novedades leyendo o escuchando las noticias. Así no hay opción a cuestionar ni réplica…
Hay algunos consejeros y consejeras de este último mandato que no hemos ni visto. Tampoco les ha interesado conocer el trabajo de Mare Terra, ni han visitado la Escola de Natura, la única de toda la ciudad donde se desarrolla una labor fundamental y que además cuenta con la única maqueta de toda la conca hidrográfica del río Francolí.
Muchos también hicieron como si la Coordinadora de Entidades de Tarragona no existía. Nunca nos reunimos con la consejería de relaciones ciudadanas exclusivamente para hablar de ello. ¿Es que no interesaba la opinión de más de 100 entidades?
Y lo que parece ya algo normalizado en todos los niveles de la política: promesas que no se cumplen, propuestas que quedan en papel mojado. Pondré un ejemplo: antes del inicio de la pandemia, el consejero de medio ambiente y urbanismo, se comprometió a instalar los medidores del aire municipales y llevar a cabo el estudio epidemiológico. De hecho, los medidores se presupuestaron, pero la legislatura ha terminado y no tenemos ni medidores ni estudio.
La falta de participación ciudadana es algo general, que sucede en más instituciones, como la Diputación. En los 4 años de mandato, no nos hemos reunido ni una sola vez, ni presencial, ni por videoconferencia, ni por llamada telefónica con la presidenta de la Diputación.
Al final, el que pierde con la falta de participación es el propio territorio, las personas y la democracia. La participación ciudadana activa y real es la clave del futuro.
La población no es ilusa. Por eso, aunque silencien su voz, la gente responde con el arma más poderosa y democrática: el voto.
Yo creo en la participación ciudadana más allá del voto. La participación debe tener poder de decisión y opinión en todos los niveles, porque sin participación ciudadana no hay democracia.
El programa ciudadano elaborado por la CET, “La Tarragona que volem” fue una demostración de participación. Quiero aprovechar para recordar que casi todas las candidaturas, también la que ocupa el nuevo gobierno, apoyaron la iniciativa de crear un consejo ciudadano. Pedimos que se ponga en marcha esta herramienta y, por supuesto, contando con todos nosotros.
Desde aquí quiero tender la mano al nuevo gobierno encabezado por Rubén, para colaborar en todo lo que podamos, para contribuir a crear una sociedad mejor, con la participación ciudadana como pilar democrático. Como siempre hemos hecho, estamos dispuestos a trabajar por el bien de la ciudad.
Y recordad, ¡que nadie os robe vuestra sonrisa!