Agua, tierra y aire. Tres elementos de la naturaleza dañados. Tres elementos fundamentales para nuestra vida y para el planeta. Con la acción humana, hemos ensuciado y estamos agotando el agua, hemos sobreexplotado la tierra, y día tras día, contaminamos más el aire.
Esta es la gran crisis climática, de la cual muchos no parecen preocuparse. Los discursos vacíos, los proyectos inacabados o las políticas cobardes no sirven para frenar esta emergencia. El mundo tiene una asignatura pendiente con el cambio climático, y Tarragona también.
Quiero ser justo y hablar con precisión. Llevo más de 30 años apostando por la sostenibilidad en Tarragona, y no veo pasos hacia adelante. Hablemos por partes.
El agua
El agua es un elemento fundamental en Tarragona: tenemos mar y río. De hecho, somos una ciudad que está cara el mar. Es precioso, pero no nuestras playas. Unas playas que no tienen ecosistema natural, y que son contaminadas con vertidos de residuos. Recuerdo que todo lo que se vierte en nuestra arena, en las aguas tarraconenses del Mediterráneo, termina afectando a todo el mundo. Es fundamental entender que cuando se habla de medio ambiente, aunque sean acciones locales, las consecuencias y los resultados son globales.
Desde Tarragona debemos aportar nuestro granito de arena a la conservación de los fondos marinos, pero que este granito de arena sea limpio y natural. Para poder hacerlo, debemos conocer el estado real en el que se encuentra el fondo marino de la costa dorada.
Y por supuesto nuestro querido río Francolí que requiere de un importante proyecto, que incluya dotación económica, para que el río vuelva a ser lo que era. Se requieren compromisos a largo plazo y actuaciones serias para recuperar el espacio y su biodiversidad, y lograr que el Francolí vuelva a ser el punto unificador de Tarragona.
La tierra
La tierra es el gran elemento olvidado de Tarragona, el cual sufre abandono y dejadez, prácticamente, desde siempre. Para afirmarlo, sólo hace falta recordar el Muro Verde, eun gran proyecto que se inició hacía los años 90 por la parte de Bonavista. ¿El objetivo? Era claro y efectivo: oxigenar la zona y adecentar la entrada a la ciudad. ¿Y qué ha pasado? Un completo abandono y una gran falta de interés han destruido y quemado este proyecto.
Por la misma línea se encuentra el Anillo Verde. ¿Cómo puede ser que una ciudad como Tarragona no tenía ni 3km hechos de Anillo Verde? Los discursos políticos nos venden que quieren una Tarragona moderna, pero no son capaces de apostar por ella, por un proyecto moderno y sostenible, que podría abrir más a Tarragona en Europa en el ámbito verde. Tenemos en nuestras manos una de las ciudades más bonitas, con un gran potencial ecológico. Debemos sacarle partido, en beneficio de la ciudadanía y del medio ambiente.
Y por cerrar con nuestra querida tierra, quiero hacer referencia a los huertos urbanos, el gran ejemplo de dejadez y abandono. En este caso, tal y como dice el dicho, luna imagen vale más que mil palabras.
El aire
Por último, y para nada menos importante, el aire. El elemento que pretende ser invisibilizado en Tarragona. El elemento sobre el que quieren taparnos la verdad, o por lo menos eso parece. ¿Cómo puede ser que con la alta industrialización que sufre Tarragona, el Ayuntamiento no tenga nuestros propios medidores?
Desde la ONG que presido, Mare Terra Fundació Mediterrània, pusimos medidores de la calidad del aire, y las presiones de poderes fácticos y políticos nos obligaron a retirarlos. En los últimos años, las únicas cifras que tenemos sobre la calidad del aire que respiramos, son las del Observatorio del Aire que pertenece a una empresa privada y, con todos mis respetos, aporta poca fiabilidad. Creo, firmemente, por una cuestión ética las cifras y los estudios del aire le pertenecen a la ciudad y, por lo tanto, a su gente.
Con este artículo quiero recordar, cómo no, el compromiso adquirido por el Ayuntamiento actual, el año pasado, en presupuestar un estudio del aire independiente, con 200.000 €. Hoy quiero reclamar a la consejería que cumpla con el deber que adquirió con la ciudad, la salud de su gente, y con el medio ambiente. Solo quedan dos meses para terminar el trágico 2020, eso significa que el tiempo se agota, y no sabemos nada al respecto. No queremos ver otro proyecto beneficioso para Tarragona abandonado, apartado y olvidado.
Este estudio independiente debe ir acompañado de más políticas verdes, que reduzcan la contaminación y el uso de recursos, y que a la vez, mejoren los índices de sostenibilidad. Tarragona Smart City era una gran idea, sobre todo en lo que respecta a las engerías verdes. Pero como muchos más proyectos, se quedó en una idea (que repartió dinero a algunos). La energía verde sigue sin existir en Tarragona.
Basta ya de empezar proyectos eco-sociales y guardarlos en un cajón. Hoy he querido abrir este cajón, y no powwws dejar que se vuelva a cerrar. Tarragona tiene una asignatura con el ecologismo, y también con las entidades que apostamos por este cambio, las cuales creemos que las aportaciones son insuficiente. Necesitamos más colaboración para hacer del cambio una realidad.
Recordad que la sostenibilidad es salud. El verde es esperanza, y el ecologismo es igual a vida.