15 años sin consensos.

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Escrito por Ángel Juárez Almendros

Activista social, ecologista, escritor y poeta.

24 de julio de 2024

15 años sin consensos.

Recientemente, unos amigos de un periódico tarraconense, celebraron su 15 aniversario, al que me sumo con el deseo de compartir juntos cuantos más podamos.

Y por ello, repasamos juntos estos últimos 15 años…

Coincide que en el comienzo de esos 15 años, celebrábamos la 15ª edición de los Premis Ones, y hace unos pocos días hicimos la 30ª edición. Cómo decía aquel, “parece que fue ayer”.

Y si, a nuestra ciudad le han pasado cosas, y quizás convenga dar un repaso algo de lo acontecido, y entender mejor dónde estamos.

Recordemos que aquel año 2009 fue proclamada candidata a los Juegos del Mediterráneo de 2017, que finalmente llegaron con un año de retraso. Este evento prometía ser una gran oportunidad para la ciudad, pero su organización estuvo plagada de retrasos y problemas presupuestarios. Las instalaciones deportivas se completaron a última hora, y los beneficios económicos esperados no siempre se materializaron, generando críticas sobre la gestión y el legado real de los Juegos.

Hubo otros conflictos, olvidados ya por el paso del tiempo: Un año marcado por la crisis económica, por la capitalidad de la veguería de Tarragona, por la fusión de la ya lejana Caixa Tarragona con otras cajas catalanas, que significó su desaparición. También fue el año de los expedientes de regulación, el año del centenario del Metropol y de los 10 años de Tarraco Patrimonio Mundial, cuyos proyectos de conservación a menudo se han visto entorpecidos por falta de financiación y burocracia. El impresionante patrimonio no siempre recibe el mantenimiento necesario, y el turismo cultural está lejos de haberse explotado su potencial.

La mejora de las infraestructuras, como el Corredor Mediterráneo, ha sido un tema recurrente. Sin embargo, las obras han sido lentas y los problemas de movilidad urbana, como el tráfico y la falta de zonas de aparcamiento, siguen afectando a los ciudadanos.

La gestión ambiental ha sido una preocupación constante, pero los esfuerzos han sido dispares. Aunque ha habido avances en sostenibilidad y medio ambiente, no son suficientes.  La contaminación del aire y la costa sigue siendo un problema pendiente, como ese estudio epidemiológico que nadie quiere financiar, y los proyectos de sostenibilidad no siempre cuentan con el apoyo suficiente. Deberían haberse implementado políticas más agresivas para la reducción de emisiones, la gestión de residuos y la conservación de espacios naturales. La crisis climática añade una capa de urgencia que no siempre se refleja en las políticas locales.

El sector industrial, especialmente la industria química, ha sido una espada de doble filo. Si bien proporciona empleo, también continúa planteando algunos riesgos ambientales.

La falta de acceso a vivienda asequible sigue siendo un problema. Deberían haberse implementado políticas más efectivas para garantizar la construcción de viviendas accesibles y la rehabilitación de viviendas antiguas, atendiendo a las necesidades de los residentes de diferentes ingresos.

Mejorar los servicios públicos puede haber sido una prioridad para los políticos, pero la realidad nos muestra carencias en educación, sanidad y servicios sociales. Los recortes, cuyo efecto aún perdura en ciertos sectores, y la falta de inversión generan tensiones y cuestionan el compromiso con la calidad de vida de todos los tarraconenses.

Y del procès, mejor no hablar…

La lista es larga. Tarragona ha navegado por desafíos complejos en los últimos 15 años. Las promesas de desarrollo y modernización a menudo chocan con la realidad de la gestión pública, la financiación insuficiente y las divisiones entre los intereses económicos y sociales.

La ciudad necesita consensos para los grandes proyectos en clave local y metropolitano, que garanticen de la manera más efectiva un futuro más próspero para todos sus residentes, y poder continuar viviéndola todos juntos.

Por último recordar, una vez más, que actualmente seguimos sin que se haya puesto en marcha el estudio Epidemiologico del Camp de Tarragona…

Y no lo olvidéis, que nadie os robe la sonrisa!