Hoy os desvelaré una noticia que me provoca una felicidad inmensa. Pero antes, un poco de contexto. Ya han pasado unos años desde que se empezaron a poner en práctica de manera habitual los Acuerdos de Custodia del Territorio. Para aquellos que no estéis familiarizados con el término, se trata de una herramienta muy útil para que las ONG y las entidades ambientales o sociales puedan gestionar un espacio (ya sea público o privado) con el objetivo de conservar la diversidad biológica, el paisaje y el patrimonio cultural.
En su momento, a los que llevamos toda la vida en este ‘mundillo’, nos pareció una muy buena idea que las administraciones públicas dejaran en manos de las asociaciones la responsabilidad de proteger un territorio concreto. Porque la pasión, el ritmo y las ganas de avanzar que tienen las personas que trabajan o colaboran en entidades no se puede igualar. Porque de esta manera es más fácil implicar a la sociedad civil. Y, no nos engañemos, porque es más económico. Ahora que tenemos el bagaje suficiente como para hacer una valoración realista, estoy convencido de que ha sido una práctica de éxito y muy beneficiosa para todas las partes.
Para muestra, un botón. Durante los últimos años, dentro de los Premis Ones que la fundación que presido (Mare Terra Fundació Mediterrània) organiza anualmente, han sido galardonados varios trabajos basados en un Acuerdo de Custodia del Territorio. Sin ir más lejos, el año pasado recibieron el ‘Reconocimiento Defensa del Patrimonio Natural’ el Ayuntamiento de Soria y la Fundación Oxígeno, por su proyecto conjunto para situar a la ciudad castellana como el primer entorno urbano español y europeo candidato a ser declarado Reserva de la Biosfera de la Unesco. Y en la edición de este año de los Premis Ones, otro consistorio y otra entidad recibirán ex aequo el mismo galardón por un proyecto sorprendente y digno de aplauso. ¿Que quiénes son los afortunados? La respuesta… después de la publicidad.
Espero haber mantenido vuestra atención hasta aquí, porque se acabó el contexto y llegó el momento de daros la primicia: el Ayuntamiento de Tarragona ha elegido a Mare Terra Fundació Mediterrània para ser la responsable de la custodia del río Francolí a su paso por el término municipal tarraconense. En otras palabras, la fundación que presido ya tiene la obligación de encargarse de la conservación de este auténtico tesoro natural. Como si fuera nuestro hijo (de hecho, nosotros lo sentimos como tal), debemos cuidarlo para que esté sano, para que se haga fuerte contra las adversidades y pueda lucir en todo su esplendor.
Para nosotros es un premio, pero también el reto más importante que afrontaremos en el futuro. Llevamos 25 años reivindicando la importancia del río Francolí, haciendo pedagogía sobre sus impagables valores naturales, intentando convencer a las administraciones y a las empresas más poderosas de nuestro entorno sobre la necesidad de invertir en su conservación. Hemos conseguido muchos avances gracias a nuestra insistencia y perseverancia (somos muy cabezones cuando nos lo proponemos). Pero ahora hay que dar un paso adelante. Para el río Francolí, ha llegado la hora de la verdad. Esto marca un antes y un después. Empieza una nueva vida para el Francolí, y nosotros nos encargaremos de guiarlo por el buen camino.
No improvisaremos ni daremos palos de ciego. Lo tenemos todo archivado en nuestras cabezas desde hace tiempo. Tenemos el gran proyecto del Francolí definido. Será un Plan General del Río, que no debe ser sólo nuestro, sino de todos los actores que tomen parte. Todos unidos con un proyecto común, para avanzar más rápido y no desviarnos de la ruta.
Nuestro propósito es dividir la cuenca fluvial en diferentes sectores, en los que se establecerá una diagnosis de su estado para más tarde actuar sobre cada uno de ellos. De esta manera, no se aplicarán soluciones globales, sino que cada tramo del río tendrá su medicina particular. ¿Nuestro objetivo? No perder más tiempo y poder empezar a ejecutarlo lo antes posible.
Llevo casi toda mi vida dedicándome a la protección del medio ambiente. Y ahora, con casi cincuentaydiez años a mis espaldas, varias cicatrices de guerra, unos cuantos nietos, muchos palos pegados y un cuerpo que ya no responde como antaño, se presenta ante mí uno de los desafíos más apasionantes que habré de afrontar en mi carrera. Mediterrània asume el reto, y esperamos tener a nuestro lado a las administraciones, las empresas y muy especialmente a los ciudadanos tarraconenses, de los que esperamos que nos apoyen y que den la cara por un río que tiene que dejar de ser, de una vez por todas, un gran desconocido.
Ha llegado la hora del Francolí. El futuro del río está en nuestras manos, y ya no hay marcha atrás. Debemos ser responsables. Nosotros estamos preparados. Y tú… ¿nos acompañas?
Ángel Juárez Almendros
Presidente de Mare Terra Fundación Mediterrània y de la Red Internacional de Escritores por la Tierra