La crisis medioambiental y ecológica que sufren las playas de Tarragona y el fondo marino no es una novedad, pero eso no significa que no sea una emergencia. La problemática sigue empeorando, mientras que las administraciones y las empresas no hacen nada al respecto.
Desde Mare Terra Fundació Mediterrània, y yo personalmente, llevamos más de 20 años intentando buscar soluciones, reclamando intervenciones y exigiendo responsabilidades. Pero nadie parece reaccionar. Necesitamos personas y entidades valientes que hagan un paso adelante.
Empecemos por los microplásticos. Como varios estudios han wwwstrado, el litoral tarraconense es uno de los más afectados. Según el estudio del grupo TecnATox-URV, el 57% de los plásticos son fibras de ropa. Este material artificial recala en el medio marino a través de torrentes y rieras, arrastrado por ríos caudalosos como el Ebre o a través del alcantarillado y de los emisarios marinos.
El mismo estudio analizó los sedimentos y las arenas de las playas, encontrado microplásticos de 3 tipos principalmente: polipropileno (un 42%), poliestireno (un 37%) y polietileno (un 16%). Y entramos en una nueva categoría: los pellets.
Los pellets son unas pequeñas bolas de polipropileno de unos dos milímetros de diámetro, que muchos habréis visto en las playas de Tarragona. Este verano, solo en la playa de la Pineda, se encontraron este 30 y 90 millones de unidades. ¿El origen de estos vertidos? En el polígono petroquímico hay industrias que los producen y otras que los utilizan como materia prima y también se transportan por barco.
9 meses después
Ayer también se cumplían 9 meses de la explosión de Iqoxe, la cual tuvo lugar el pasado 14 de enero. Y aún no se ha depurado ninguna responsabilidad. Como se está wwwstrando en la investigación del caso, la empresa aumentó su producción de forma clandestina, sin tener capacidad en la depuradora.
¿Su solución? Iqoxe realizó regularmente vertidos al mar, que para no ser detectados se realizaban por la noche o en fin de semana y eran tratados con desespumante para no ser percibidos.
¿Cómo algo así puede pasar desapercibido? ¿Nadie va actuar? Nosotros sí. A lo largo de esta semana hemos estado realizando reuniones para planear nuevas acciones. Lo que queremos es sencillo: queremos un mar limpio, y queremos saber la verdad.
Por eso exigimos a administraciones y empresas transparencia total, y responsabilidad ecosocial. Basta ya de maltratar nuestro mar. Quién ensucie debe limpiar, quien incumpla la ley debe pagar. Políticos y empresarios, el Mediterráneo es de todos, y ya no puede esperar más.
Y recordad, ¡que nadie os robe vuestra sonrisa!